En los últimos años se está volviendo cada vez más popular un método muy utilizado en los campos de la fisioterapia y la estética en primer lugar, pero también en muchos otros: la electroestimulación. Como se puede entender por el propio nombre, la electroestimulación consiste en proporcionar a los músculos una ligera descarga eléctrica, que tiene como objetivo estimular el tejido.
La herramienta que permite la liberación de estas ondas electromagnéticas es, por supuesto, el electroestimulador. Pero, ¿qué es un electroestimulador y, sobre todo, cómo se fabrica? Por lo general, un electroestimulador es un dispositivo que cuenta con electrodos para ser aplicados en el cuerpo (en algunas zonas específicas según el objetivo que se desee alcanzar), que se conectan a un generador de campo eléctrico.
Esta diferencia de energía potencial entre el organismo y el instrumento provoca la liberación de descargas eléctricas, con una frecuencia que puede ser variable. Claramente, los choques liberados por el electroestimulador no son dolorosos ni, en muchos casos, perceptibles por el sentido del tacto.
Desde la invención de la electroestimulación se han desarrollado diversas técnicas, cada una de las cuales requiere un electroestimulador específico. En particular, las variantes más relevantes de electroestimulador son TENS y EMS.
El electroestimulador TENS tiene como objetivo reducir la percepción del dolor, actuando directamente sobre las terminaciones nerviosas; por el contrario, el electroestimulador EMS libera descargas eléctricas que actúan sobre los músculos y favorecen su contracciónyrelajación.
Está claro, por tanto, que las dos técnicas proporcionan resultados claramente diferentes y tienen objetivos muy diferentes. Por tanto, resulta útil profundizar para qué sirve el electroestimulador – en todas sus variantes – y cómo funciona.
¿Para qué se utiliza el electroestimulador TENS?
La abreviatura TENS significa estimulación nerviosa eléctrica transcutánea. Por tanto, ya de la denominación de la técnica, es posible deducir algunos datos fundamentales.
En primer lugar, la electroestimulación TENS actúa a nivel neuronal: por lo tanto, no tiene efectos particulares sobre los músculos y no se utiliza con fines estéticos.
El principio de funcionamiento de esta técnica es muy sencillo. La percepción del dolor, incluso si parte de la circulación de algunas moléculas (como las proinflamatorias), está mediada por las sinapsis. Las neuronas, de hecho, entran en contacto con estas moléculas y transmiten un mensaje en cadena, que llega al cerebro y se traduce en dolor, de diversos grados.
El electroestimulador TENS, con su funcionamiento, no hace más que bloquear el intercambio de información entre las neuronas implicadas en la percepción del dolor, imposibilitando que el cerebro obtenga y descifre esta información.
El resultado, en este caso, es simplemente la desaparición del dolor (pero no de la causa que lo desencadena, claro). Esta tecnología se ha generalizado en el campo médico y, a menudo, se utiliza como terapia del dolor para aliviar los síntomas en pacientes en ausencia de otros tratamientos o sistemas analgésicos.
Precisamente en base a lo dicho, el electroestimulador TENS se suele utilizar en el campo de la fisioterapia, para el tratamiento del dolor provocado por inflamación o daño en las articulaciones. También es una tecnología que, gracias a su no invasividad, se puede utilizar para reducir el dolor en los ancianos.
Muchos médicos, de hecho, utilizan el electroestimulador TENS para combatir el dolor lumbar y la ciática, así como en la rehabilitación de la rodilla o el hombro.
Para más información: Electroestimulador Best TENS
¿Para qué se utiliza el electroestimulador EMS?
Para comprender completamente para qué sirve el electroestimulador EMS, es importante, en primer lugar, comprender cuáles son los mecanismos que permiten que el músculo crezca después del entrenamiento. Las repeticiones que se realizan durante una sesión, de hecho, tienen como objetivo favorecer la contracción frecuente con la consiguiente relajación del músculo.
Precisamente sobre este mecanismo actúa el electroestimulador EMS. El acrónimo, en este caso, significa Estimulación Muscular Eléctrica. Los impulsos eléctricos, en este caso, se modulan para actuar sobre los músculos estriados. Los tejidos que forman los órganos no se dañan ni se ponen en peligro por estas descargas eléctricas.
El efecto de las ondas eléctricas sobre los músculos es favorecer la contracción y relajación de los mismos, sin que la persona realice el menor esfuerzo. De esta manera, es posible esculpir los músculos y lograr un físico tonificado y hermoso con poco esfuerzo.
Además de favorecer los ciclos de contracción-relajación muscular, el electroestimulador EMS también actúa sobre la lipólisis, favoreciendo así la disolución de la grasa.
Como bien se puede entender por lo dicho hasta ahora, por tanto, quienes recurren a la electroestimulación EMS quieren un beneficio estético: hay quienes lo usan para favorecer el desarrollo de abdominales, brazos o pectorales, mientras que muchas mujeres lo usan para reafirmar y tonifica los glúteos, la parte interna de los muslos e incluso para combatir la celulitis.
Los efectos de estas técnicas son generalmente visibles y concretos, aunque mucho depende de la calidad del electroestimulador EMS.
Otros usos del electroestimulador
A la pregunta “ ¿para qué sirve el electroestimulador? ”Es posible responder no solo con lo dicho hasta ahora. Algunas de sus aplicaciones emergentes están despertando el interés de muchos usuarios en todo el mundo.
Desde el punto de vista estético, por ejemplo, recientemente se han desarrollado electroestimuladores para rostro y cuello que ayudan a reducir las arrugas – favoreciendo la circulación – y combaten las imperfecciones de la piel.
Además, algunos experimentos en el campo médico pretenden aplicar la electroestimulación a patologías provocadas por disfunciones neurales. Algunas pruebas prometedoras, por ejemplo, muestran el funcionamiento del electroestimulador del suelo pélvico, útil por ejemplo para combatir la incontinencia urinaria.
Conclusiones
El electroestimulador es sin duda una herramienta prometedora. Sus aplicaciones tanto en el campo médico como estético son muy alentadoras, y se puede esperar una difusión continua y adicional de estos dispositivos. Sin embargo, antes de usarlos, es muy recomendable consultar a un médico, también porque estos dispositivos pueden estar contraindicados en algunas personas.